El “calçot” fue descubierto, a finales del siglo XIX por un solitario payés vallense conocido con el nombre de “Xat de Benaiges”.
Este campesino fue quien empezó a cocer en las brasas los brotes tiernos nacidos de una cebolla vieja, cultivados especialmente para ser cocinados así, y también fue el quien se ingenió el aderezo o salsa que aú comemos hoy en día con algunas variantes.
Una “calçotada” en Valls, representa adentrarse en la comprensión del espíritu de nuestra tierra. La “calçotada” es una lección ejemplar que define de forma clara y precisa la forma de ser de los catalanes. La “calçotada” vallense, hermanando la agricultura con la gastronomía, ya ha entrado en los campos de la alimentación y de la cultura
Recientemente el prestigio del “calçot” se ha extendido a otras zonas del país donde también se producen y consumen “calçots, pero Valls sigue siendo la cuna de la “calçotada”. En 1995 la Generalitat de Catalunya concedió la denominación de calidad ‘Calçot de Valls’ y en 1996 se constituyó el Consejo Regulador. El ámbito geográfico de esta denominación comprende las comarcas del Alt Camp, Baix Camp, Tarragonès y Baix Penedès.